domingo, 3 de diciembre de 2006

Viajar, inmenso placer.


Para empezar me considero ciudadano del mundo. No creo en las “patrias” creo que es algo circunstancial. Estoy encantado de donde nací, me parece un lugar maravilloso, con buena gente e ideal para tener una calidad de vida buena pero una cosa no exime la otra.

El término viaje es mágico al menos para mí. Puede ser más largo o más corto, pero atractivo por su concepto de descubrimiento y aprendizaje. Es al mismo tiempo la mayor de las libertades o de las condenas porque cuanto más se realiza, más se engancha uno.

Hay miles de sitios en este mundo para ver, otras tantas miles de sensaciones por descubrir, gentes, maneras de vivir. No la nuestra es la única ni la mejor pero esto son cosas del propio imperialismo que cada uno tenemos en nuestro ser.
No hay un gustazo mayor para mí que el de hacer la maleta (esto, para que engañarse, es lo que menos me gusta) e ir al aeropuerto y despegar (increíble sensación).
Viajar abre la mente sin dudarlo. Te hace más humano, cosa que en los tiempos en los que vivimos no viene nada mal.



Hay un proverbio chino (sino me equivoco) que dice algo así: No me digas cuanto has estudiado, ni lo cuantos libros has leído sino cuanto has viajado. Y estos chinos son muy listos, basta contemplar la Gran Muralla.

Viaja y deja viajar.

1 comentario:

palo-chan dijo...

No hay nada como viajar y conocer otras culturas.